domingo, 12 de enero de 2014

"Lo negro del policial." Piglia

 Constitución del policial negro. Se constituye en 1926 cuando T. Shaw se hace cargo de la dirección de Black Mask. Nunca escribió una línea. Shaw le dio a Black Mask una orientación, y todos los grandes escritores del género publicaron sus primeros relatos ahí. Al intentar reflejar la crisis de Wall Street, las huelgas, la desocupación, la depresión, la ley seca, el gangsterismo político, la guerra de los traficantes de alcohol y la corrupción los novelistas norteamericanos inventaron un nuevo género. En el crimen por encargo del cuento de Heminway, Los asesinos, están ya los rasgos del thriller.
 Policial clásico. Separa el crimen de su motivación social. El delito es un problema matemático y el crimen es lo otro de la razón. Los crímenes son gratuitos porque esto fortalece la complejidad del enigma. El sospechoso al que todos acusan resulta inocente. El detective no pregunta por qué, sino cómo se cometió el crimen.
 Policial negro. El dinero legisla la moral. El detective (cuando existe) encuentra y descubre la determinación de las redes sociales. El crimen es el espejo de la sociedad. El detective ha dejado de encarnar la razón pura. El investigador se lanza al encuentro de los hechos y su investigación produce nuevos crímenes. El detective es un profesional, alguien que hace su trabajo y recibe un sueldo. La honestidad está ligada a cuestiones de dinero.
 Fin del policial negro. El género se cristaliza y culmina en la década del '30. El largo adiós de Chandler (1953) marca su final.

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