sábado, 25 de enero de 2014

"El problema de los géneros discursivos." Bajtín

 Géneros discursivos. Las diversas esferas de la actividad humana están relacionadas con el uso de la lengua. El uso de la lengua se lleva a cabo en forma de enunciados. Estos enunciados reflejan las condiciones específicas y el objeto de cada esfera por
* su contenido temático,
* su estilo verbal,
* su composición o estructuración.
 Cada esfera del uso del lenguaje elabora su tipo relativamente estable de enunciados, a lo que llamamos género discursivo.
 Géneros discursivos primarios o simples: están constituidos en la comunicación discursiva inmediata.
 Géneros discursivos secundarios o complejos: surgen en condiciones de comunicación cultural más compleja y organizada, principalmente escrita. Absorben y reelaboran diversos géneros primarios.
 Dialogización de los géneros secundarios, una debilitación de su composición monológica, una nueva percepción del oyente como participante de la plática.
 Postura de respuesta del oyente está en formación a lo largo de todo el proceso de audición y comprensión. Toda comprensión es un discurso vivo y tiene un carácter de respuesta. El oyente se convierte en hablante. La comprensión activa del oyente puede traducirse en una acción inmediata o en una comprensión silenciosa, pero tarde o temprano lo escuchado y comprendido activamente resurgirá en los discursos posteriores o en la conducta del oyente. El hablante no espera una comprensión pasiva, quiere una contestación. Todo hablante es un contestatario, pues cuenta con la presencia de ciertos enunciados anteriores suyos o ajenos. Todo enunciado es un eslabón en la cadena con otros enunciados.
 Enunciado. Es la unidad real de la comunicación discursiva. El discurso puede existir en la realidad tan sólo en forma de enunciados. Los enunciados poseen unos rasgos estructurales comunes y tienen fronteras bien definidas. Las fronteras se determinan por el cambio de los sujetos discursivos, por la alternancia de los hablantes. El enunciado es una unidad real delimitada por el cambio de los sujetos discursivos y que termina con el hecho de ceder la palabra al otro. El enunciado es la unidad de la comunicación discursiva. La gente habla por medio de enunciados. Los rasgos distintivos del enunciado son
1 el cambio de los sujetos discursivos,
2 la conclusividad. Su criterio más importante es la posibilidad del enunciado de ser contestado, la posibilidad de tomar una postura de respuesta en relación al enunciado. Todo enunciado es un eslabón en la cadena de la comunicación discursiva. La emotividad, la evaluación, la expresividad se generan en el proceso del uso activo de la palabra en un enunciado concreto. Las palabras adquieren un matiz expresivo únicamente en el enunciado. La experiencia discursiva individual de cada persona se forma y se desarrolla en una constante interacción con los enunciados individuales ajenos. Cada enunciado está lleno de ecos y reflejos de otros enunciados de una esfera dada: los refuta, los confirma, los completa, se basa en ellos, los supone conocidos, los toma en cuenta. Un enunciado está lleno de matices dialógicos porque nuestro mismo pensamiento se origina y se forma en el proceso de interacción y lucha con pensamientos ajenos. Al enunciado hay que analizarlo en su relación con el autor, como eslabón en la cadena de la comunicación discursiva y en su nexo  con otros enunciados relacionados. El enunciado es un eslabón en la cadena discursiva y no puede ser separado de los eslabones anteriores que lo determinan por dentro y por fuera generando en él reacciones de respuesta y ecos dialógicos.
 Oración. Es la unidad mínima de la lengua. Es una idea relativamente concluida. El contexto de una oración viene a ser el contexto del discurso de un mismo sujeto hablante; la oración no se relaciona inmediatamente con el contexto de la realidad extraverbal. La oración se delimita por el cambio de los sujetos discursivos, no tiene un contacto inmediato con la realidad ni tampoco se relaciona de una manera directa con los enunciados ajenos, no provoca una respuesta. La oración analizada dentro de la totalidad del enunciado, y desde el punto de vista de esa totalidad, adquiere propiedades estilísticas. La oración carece de capacidad para determinar directa y activamente la posición responsiva del hablante; tan sólo al convertirse en un enunciado completo una oración adquiere esa capacidad. Cada oración aislada es perfectamente comprensible, comprendemos su significado lingüístico, pero es absolutamente imposible adoptar una postura de respuesta. La oración como unidad de la lengua no tiene autor, no pertenece a nadie. La oración como unidad de la lengua es neutra y no posee ningún aspecto expresivo: lo obtiene únicamente dentro del enunciado. Tanto la palabra como la oración como unidades de la lengua carecen de entonación expresiva.
 Aspectos de la palabra. El uso de la palabra en la comunicación discursiva siempre depende de un contexto particular. La palabra neutra no pertenece a nadie. La palabra ajena está llena de ecos, de los enunciados de otros, pertenece a otras personas. Mi palabra, yo la uso en una situación determinada, está compenetrada de mi expresividad.
 Adán de la palabra. El hablante no es un adán bíblico que tiene que ver con objetos vírgenes aún no nombrados. El objeto del discurso ya se encuentra hablado, discutido, vislumbrado y valorado; en él se cruzan, convergen y se bifurcan varios puntos de vista, visiones del mundo y tendencias.

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